El alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos advirtió hoy de que el enfrentamiento abierto entre el estamento judicial y el Gobierno de Brasil puede dañar al Estado a largo plazo y a la joven democracia brasileña.
"Estamos preocupados del círculo vicioso en que se ha entrado, que tiene el riesgo de desacreditar tanto el Ejecutivo como el estamento judicial, y que esto dañe a largo plazo el Estado y los logros democráticos conseguidos en los últimos 20 años", dijo en rueda de prensa Rupert Colville, portavoz del Alto Comisionado.
En las últimas semanas se ha exacerbado el pulso entre la fiscalía y varios jueces brasileños, por una parte, y el Ejecutivo de Dilma Roussef, por otra, en torno a la supuesta implicación del expresidente Inácio Lula da Silva en varios casos de corrupción.
Roussef nombró a Lula ministro pero en reiteradas ocasiones varios jueces bloquearon esa designación argumentando que sólo tenía por objetivo aumentar el aforamiento del exmandatario para evitar ser perseguido judicialmente.
"Urgimos al Gobierno, así como a políticos de otros partidos, que cooperen totalmente con las autoridades judiciales en sus investigaciones sobre alegaciones de corrupción al más alto nivel y que eviten cualquier acción que pueda ser percibida como una obstrucción a la justicia", solicitó Colville.
Asimismo, el portavoz urgió "a las autoridades judiciales que actúen escrupulosamente en los límites de la ley nacional e internacional y que eviten tomar posiciones partidistas".
El Gobierno de Roussef y la formación a la que pertenece, el Partido de los Trabajadores, se ha visto salpicado por un enorme escándalo de corrupción en el que están implicadas grandes empresas del país y la petrolera estatal Petrobras.
Tomado de: www.terra.com